El relato, situado en un barrio marginal de Tokio en la fase final de la II Guerra Mundial, cuando los B 29 ya alcanzaban la ciudad , recoge sin demasiadas concesiones y con descarnada brillantez la miserable vida de sus habitantes en un Japón que ya se conocía perdedor de la guerra y cuando el único objetivo era sobrevivir cada día. Izawa vive rodeado de putas, borrachos y con un loco por vecino. En la diaria búsqueda de sus doscientos yenes para tabaco, arroz y miso se cruza la idiota del barrio. Los institintos más esenciales segundos antes de que las bombas traigan el infierno.
Mishima decía que si Osamu Dazai era sake dulce, Ango Sakaguchi era vodka y ginebra.
Visto.
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