Ray une a su condición de vendedor de muebles la de perista y cómplice de diversos trapicheos de la fauna de Harlem, condición a la que no puede sustraerse por lealtades y herencias familiares. La tensión entre esa dualidad de esposo y padre de una familia a la que adora y delincuente "de baja intensidad" hace que inevitablemente, suframos con él mientras nos ponemos de su parte.
La novela es magnífica, refleja lo que significa ser negro en el New York de 1960, con continuas alusiones a las diferencias raciales y sus incidencias en la vida diaria, incluyendo además de modo explícito los gravísimos conflictos que se produjeron en 1964 por el asesinato de un joven afroamericano a manos de la policía. Como ven, el tema no pasa de moda.
Whitehead es un escritor brillante. Llevaba tiempo sin encontrar una manera de escribir que me atrape tanto. Y no sólo por esta novela, que tiene un aroma a los clásicos impagable, sino porque ha ganado dos veces el premio Pulitzer. Merecidamente. No lo digo por decir. Es que estoy con "El ferrocarril subterráneo" y tengo los pelos de punta.
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