La Imaginación desbordante de Gaiman, que bebe indudablemente del Cómic , (para algo es el guionista de Sandman) nos lleva a un Londres subterráneo, lleno de personajes imposibles en una mezcla de los personajes de Alicia con una rara población en la que cabe casi de todo, desde un ángel o una bellísima cazadora hasta dos memorables asesinos de legendaria maldad, los señores Croup y Vandemar.
Quizá la hubiese disfrutado más en tiempos de fan de la literatura fantástica (que los hubo, pero se fueron), pero ha sido un ejercicio de recuerdo divertido y lo más cercano a un cómic sin imágenes que puede ser. Y además Londres mola aunque sea por abajo.
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